De Borredà a Sant Sadurni de Rotgers

Sant Sadurní de Rotgers es una de las iglesias románicas más emblemáticas de la comarca y recientemente ha sido restaurada con mucho acierto. Esta ruta sigue el antiguo camino de Borredà al valle donde está enclavada esta iglesia. Por su antigüedad, este camino tiene un elevado interés propio; la vuelta se hace por pistas y caminos más modernos, rodeados del típico bosque de esta zona..

Descripción

La ruta se inicia en la plaza mayor de Borredà. Antes o después de hacer la ruta, vale la pena dar una vuelta por el núcleo antiguo de este pueblo. Todo el núcleo histórico está muy bien conservado y en él se respira un ambiente de tiempos pasados.

Seguid las marcas del GR 4. Después de dejar los campos de la salida del pueblo y antes de comenzar una corta subida, se ven unas piedras planas en un pequeño prado a la izquierda. Son saleras, piedras sobres las que se ponía sal para el ganado para completar su dieta.

Antiguamente, era tanta la importancia de este camino que se empedró en algunas zonas para evitar la erosión. Hay un excelente ejemplo de este trabajo en el corto tramo de subida ya que la erosión ha dejado al descubierto la técnica utilizada. Las piedras no se colocaban de plano (saldrían de su lugar con demasiada facilidad) sino que se enterraban de lado para que aguantasen mejor el paso de animales y personas y las inclemencias meteorológicas.

El camino sale de un campo y desemboca en una pista. A la izquierda se llega a la iglesia de Sant Sadurní de Rotgers. Si vais apurados de agua, hay una fuente a unos 600 metros hacia la derecha. Está a pie de pista, después de cruzar un torrente. No habrá más agua hasta que lleguéis a Borredà. Esta fuente abastecía de agua la casa de la Cirera, hoy arrasada. Las obras de acondicionamiento son del siglo XVIII.

La iglesia románica de Sant Sadurní de Rotgers (siglos XI y XII), desde su restauración, ha sido incluida en la red de monumentos visitables de la Diputación. Por 2 € (1,35 € los niños y los pensionistas), os darán una información muy completa sobre la historia y la construcción de la iglesia. Es del todo recomendable. Consultad los horarios de abertura.

Siguiendo la línea de cresta de detrás de la iglesia, llegaréis en un par de minutos a unos restos de muros adosados a una pared rocosa. Son los restos de una o dos casas medievales, de la misma época que la iglesia. Tendríamos que imaginar unas casas con una o dos estancias y un tejado de una sola pendiente.

Al volver atrás para iniciar el camino de regreso a Borredà, sale una pista a mano derecha que lleva a una extensa planicie y, a la derecha, las ruinas de una casa sobre una pequeña loma. Es la casa del Putxot. Lugar tranquilo para descansar y disfrutar del paisaje. Hacia el sudoeste se divisa en la lejanía la casa de la Obaga a media altura del bosque, también abandonada.

Tenéis que seguir el GR que habéis hecho de subida hasta Pontarró donde encontraréis el cruce, a la derecha, con las marcas blancas y verdes que bajan por el lado derecho del valle de Pontarró, primero junto al torrente y luego más alejados. En el collado de Capdevila encontraréis unas marcas blancas y verdes hacia la derecha que os llevarían hasta Vilada por Pradell y Santa Magdalena de Guardiolans. Vuestra ruta sigue por la izquierda, también con marcas blancas y verdes. Pasaréis por los campos de la casa de Capdevila y llegaréis al Pati.

Una vez encontréis las marcas blancas y rojas del GR 241, hay que seguirlas hacia la izquierda para volver nuevamente a Borredà.