Uno de los elementos asociados a la montaña es el agua. Y en un contexto en que el Parque Natural del Cadí Moixeró domina el escenario, la formación de ríos, arroyos y torrentes es constante. De entre el imaginario colectivo de los vecinos de la zona, los ríos Llobregat y Bastareny y los infinitos rincones con charcos y pozas donde poderse bañar, son protagonistas de historias familiares y de recuerdos con los amigos. Sin todas las aguas del Pedraforca el carácter de la gente del Berguedà sería otro; faltarían referentes en que, a menudo, los amantes de la montaña vuelven para visitarlos. Porque muchos de ellos son un recurso constante donde dar un paseo, ir a pasar el día o para descubrirlo a los más jóvenes.

Tanto el nacimiento del Llobregat como el del Bastareny son espectaculares en las épocas más húmedas, cuando el agua es abundante gracias a las lluvias y al deshielo de las montañas. A lo largo de su curso inicial forman infinidad de fuentes y cascadas y rincones escondidos donde poder bañarse que, gracias a los trabajos de recuperación, se encuentran en buen estado.

Esta agua llega al embalse de la Baells desde donde continúa el río Llobregat abajo pasando por las colonias textiles que tiempo atrás fueron un importante motor económico de la comarca y que, hoy en día, algunas están en funcionamiento y otras se han convertido en espacios museísticos o de otros usos.